Con Una Capa De Pastor Que Pesa 8 Kilos: De Esta Forma Desfilan Los Cofrades De La Procesión Más Ancestral De Zamora

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El desfile, donde los hermanos andan con la cara semicubierta dispuestos en cruz, recorre la parte mucho más antigua de los extramuros de la capital zamorana, Plaza de San Claudio, calle Cabildo, avenida de Vigo, Cuesta de Pizarro, Rúa de los Francos, arco de San Ildefonso, plaza Fray Diego de Deza, donde se rezará el Vía Crucis al paso de la procesión, que no se detiene. Es, quizás, la más imponente y estremecedora procesión de cuantas componen la semana santa de este viejo Reino de León. Ayer recorría las calles de Zamora la mucho más impresionante y estremecedora procesión de cuantas componen la semana santa de este viejo Reino de León bajo un absoluto silencio solo roto por el sonido del bombardino, las matracas y el canto del miserere.

procesión de las capas pardas de zamora

Comenzó explicándoles que el hábito de los hermanos iba a ser la cubierta parda que los pastores de las regiones de Aliste, Carbajales y Sayago llevaban en sus trabajos de pastoreo, pero no la cubierta de trabajo, sino la capa que vestían en días destacables. En la noche del miércoles al Jueves Beato recorrerá, un año mucho más, las calles de Zamora la procesión organizada por la Hermandad de Penitencia Muy santo Cristo del Amparo, conocida popularmente como de las “Capas Pardas”. Esta procesión es popularmente conocida como la procesión de ‘Las capas pardas‘, debido al hábito que muestran los hermanos. En la medianoche de este Miércoles Beato desfila por las calles de Zamora este enorme y emotivo de su Semana Santa, con la procesión de la Fraternidad de Penitencia. Nombre que recibe por la indumentaria de los hermanos, que van ataviados a la manera alistana, con la clásico cubierta de chiva o “de honras”, que pesan en el entorno de ocho kilos y que son vivo recuerdo de los viejos pastores de la zona.

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Ataviados con sus habituales capas pardas alistanas y portando faroles de hierro forjado, los hermanos acompañaron a un Crucificado del siglo XVII atribuido a Bartolomé González Espinosa. En el año 1986 se tiene dentro un coro varonil compuesto de hermanos y foráneos que entonan un miserere popular a las puertas de San Claudio (miserere cantado por las gentes de Bercianos de la comarca de Aliste el Viernes Beato en el sermón del Descendimiento); llenan todos los hermanos la pequeña plaza del barrio, el Cristo hace su entrada en la misma para, sin detenerse, ingresar en la iglesia por el centro de la plaza a paso retardado mientras que se entona dicho miserere. Se trata de una procesión de estética única, como máximo exponente de la sobriedad y austeridad tan especificaciones de la Pasión zamorana. En verdad, exactamente el mismo Cristo del Amparo, su imagen capitular que portan los hermanos lleva por único complemento un manojo de cardos a sus pies.

Más tarde les expone la manera en que va a ir estructurada la procesión, que será en forma de Cruz Latina. Les comunica de su pretensión de que el número máximo de pertenecientes sea de setenta y 2 hermanos, reflejando de esta forma el número de discípulos del Señor, y que únicamente cursen alta si se diera algún hermano de baja por cualquier circunstancia. La iniciativa la capta en una visita a Bercianos de Aliste un Viernes Santo para entender la procesión del Santo Entierro de esta ciudad zamorana en la que parte de sus cofrades la usan como hábito para acompañar a su Cristo Fallecido. Los cofrades desfilaban dispuestos con apariencia de cruz, con las matracas anunciando el paso de la procesión. Entre los desfiles más simbólicos de la Pasión zamorana volvió a congregar a un variado público.

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Ahora en el año 1939, pero estando lejos de su amada Zamora, D. Dionisio empezó a madurar la iniciativa de formar una nueva Hermandad, idea que quedó dormida hasta el momento en que nuevamente hizo otra tentativa en el año 1941 con la Cofradía del Beato Cristo de Valderrey, que no llegó a buen término. Para poder comprender la historia de esta Hermandad, no tenemos la posibilidad de olvidarnos de denominar a un individuo clave dentro de ella, D. Dionisio Alba Marcos, alma máter e impulsor de la muy bella iniciativa de hacer una nueva Fraternidad para la Semana Santa de su localidad, que fuera completamente distinguida de lo que se conocía entonces en el país, es decir, una Hermandad enteramente zamorana. [newline]Asegura Antonio Martín Alén actual Presidente de la Hermandad que “actualmente, el que esta modesta Hermandad, leal a su esencia, continúe intacta desde su fundación, ha sido en parte gracias a la directa participación de todos y cada uno de los hermanos en cada resolución que se ha tomado, tanto en aquellas que supusieron cambios significativos, como en las que podían perjudicar a la puesta en escena del desfile procesional, sin olvidar la férrea observación de sus estatutos”.

Paseo Procesión De Las Capas Pardas En Zamora 2023

Es una procesión intimista, a imagen de las procesiones de la zamorana comarca de Aliste, Los cofrades desfilan dispuestos con apariencia de cruz. Un bombardino y un cuarteto de viento interpretan piezas fúnebres a lo largo del paseo, marcado por las calles en torno al Castillo, siendo su instante más bello y riesgoso el paso bajo la Puerta del Obispo. Salida de la Iglesia de San Claudio de Olivares para continuar por plaza de San Claudio, calle Cabildo, avda. De Vigo, cuesta y calle Pizarro, rúa de los Francos, plaza de San Ildefonso, plaza Fray Diego de Deza, donde se rezará el Vía Crucis al paso de la procesión, plaza de Arias Gonzalo, calle Obispo Manso, plaza Antonio de Águila, calle Puerta del Obispo, puerta del Obispo, cuesta del Obispo, calle Trascastillo, calle Santa Colomba, calle Rodrigo Arias, plaza de San Claudio de Olivares, donde se entonará el Miserere Español, para retornar a su templo de salida. El toque de campana anunciará la salida de la iglesia de San Claudio de Olivares.

A comienzo de los años 80 en el momento en que se incorpora con carácter permanente un cuarteto de viento-metal a la Fraternidad por iniciativa de los hermanos. El primer cuarteto íntegramente zamorano estuvo compuesto por integrantes de la Banda del Consorcio de Promuevo Musical de Zamora y los instrumentos elegidos por este cuarteto fueron primordialmente trombón, trompa, trompeta y fliscorno; el cuarteto fue puesto en el último tercio del desfile y así, con esta incorporación, se consiguió un equilibrio de principio a fin en el desfile. Un bombardino y un cuarteto de viento han intepretdo piezas fúnebres a lo largo del paseo, marcado por las calles en torno al Castillo, siendo su instante más bello y arriesgado el paso bajo la Puerta del Obispo. Tras el rezo el cortejo continúo por la plaza Arias Gonzalo, calle Obispo Manso,  plaza Antonio del Águila, puerta del Obispo, trascastillo, Santa Colomba y Rodrigo Arias para llegar a la plaza de San Claudio en donde se ha entonado el “miserere popular alistano” y llegar al templo de salida. La estética rural de la procesión suma como peculiaridad el sonido característico de sus tradicionales matracas y el bombardino, que marca el discurrir de la comitiva, que sigue por plaza de Arias Gonzalo, Obispo Manso, puerta del Obispo -donde tiene rincón una de las estampas más bellas-, arco del Obispo, avenida de Vigo, Rodrigo Arias, plaza de San Claudio donde se entonará el Miserere Castellano para regresar a su templo de salida. Prosigue exponiéndoles que para complementar el hábito los hermanos portarán en sus manos un rústico farol de hierro forjado (de los de pajar)  con una simple vela de hacha en su interior.

Un año mucho más el sonido del bombardino y las matracas ponen la lúgubre banda sonora a la procesión que concluye con el canto del Miserere Popular Alistano a las puertas de San Claudio de Olivares. La imagen data del año 1787, según consta en los libros de cuentas parroquiales, y se asigna a José Cifuentes Esteban tal y como figura en el informe de la última restauración llevada a cabo en Febrero de 2004 por Patricia Ganado Gamazo. La imagen titular de esta Fraternidad de Penitencia es un crucificado tallado en madera de pino policromada con unas dimensiones de 178×162 cm. La cruz donde va sujeto por tres clavos se muestra en un tronco con nudos y sin desbastar, es de madera maciza policromada y tiene unas dimensiones de 179×214 cm. En la parte de arriba de la cruz se halla una cartela con apariencia de pergamino en la que figura dibujada la palabra I.N.R.I.

En el año 2001 se tiene dentro el actual cuarteto formado por un clarinete, un clarinete bajo, un saxofón tenor y un bombardino. La mayoría de las proyectos interpretadas son composiciones de los integrantes del cuarteto. Tras ver varias imágenes en las iglesias de la ciudad y no ajustándose a sus metas, deciden ir al arrabal de Olivares en los extramuros de la región a una pequeña iglesia del siglo XII, donde eran siendo conscientes de la presencia de un crucificado. Tras su visita a la iglesia y ver el crucificado, deciden que esa es la imagen adecuada por tratarse de un Cristo sobrio, sencillo, de aspecto rural y que va en consonancia con el espíritu penitencial que desean para la novedosa cofradía. Dos instantes en especial queridos por los conocedores de la Semana Santa zamorana y que dieron la vuelta al planeta por su elasticidad, intensidad, recogimiento y devoción absoluta. Indica a los ayudantes la forma de procesionar al Cristo sobre unas fáciles estás y con la única iluminación de cuatro faroles rústicos para realzar el patetismo de la imagen en la obscuridad de la noche, ya que la intención es procesionar en las últimas horas del día.